lunes, 19 de marzo de 2012

Quien algo quiere, algo le cuesta.


Conversación entre dos amigas.
-Debes pelear por ese chico
+No tengo nada que hacer con él. No me quiere a mí
-¿Le has dicho lo que sientes por él?
+No, pero se lo debe de imaginar. Tonto no es, precisamente
-¿Nunca le has confesado que lo quieres?
+No
-Pues debes de hacerlo. Y ya.
+Como voy a hacer eso?
-Muy fácil, vas y se lo dices
+Que vaya, ¿Donde?
-Donde sea: a su casa, al instituto, al fin del mundo... Tú misma eres la prueba de que quien quiere algo debe luchar por conseguirlo. Saliste de la nada y saltaste al mundo de la música abriéndote paso tú sola
+Ya, pero no es lo mismo
-No, conseguirlo a él es más sencillo, porque es convencer a una persona; vender discos es convencer a muchas
+Lo ves muy fácil. Y seguramente sea lo más difícil con que me haya encontrado hasta ahora.
-No he dicho que fuera fácil, he dicho que es más fácil que él se enamore de ti que conseguir todo lo que has conseguido.
+Tú, entonces ¿Qué sugieres? ¿Que vaya a su casa y le diga que estoy enamorada, que no puedo vivir sin él?
-Con otras palabras, pero sí. Te sugiero exactamente eso.
+No puedo hacer eso.
-Sí puedes. El no ya lo tienes. Solo puedes ganar.
+Puedo perder su amistad.
-Pero no se puede ser amiga de la persona de quien estás perdidamente enamorada. Es una ley no escrita y que muchos intentan disfrazar, pero eso no es una amistad sincera.

La chica comprende lo que su amiga le está diciendo. Tiene razón: si quieres a alguien e intentas ser su amigo, tarde o temprano explotará lo que llevas dentro. Buscarás más, porque no estás a su lado simplemente porque te cae simpático o compagináis bien sino por el amor que sientes hacia él y por la esperanza de que algún día se dé cuenta de que eres la chica de su vida.

-Ve a por él ahora mismo y dile lo que sientes.
+Pero..
- Hazlo. O algún día te arrepentirás de no haberlo hecho
+Tienes razón. Gracias.

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